Camello rosado. Tempera sobre cartulina. 24 x 13
… con la candidez
de un niño, y la pasión de un adulto; la plástica de sergio chávez…
Hace
unos años, acopiando y falseando mis memorias de la niñez, escribí un relato en
que el personaje se reencuentra con su devoción primera en una tienda de Arte y Artesanía Hispano-Americana en la
ciudad de Miami. Esa devoción era una
caracola multicolor, la más bella del mundo, y su reencuentro sucedió a través
del arte: un cuadro de un artista naïf.
A continuación cito un fragmento del relato:
“En
la vidriera se exhibían cuadros, cerámicas, y otros objetos decorativos. Les
eché una ojeada por varios segundos. Cerré los ojos al sentir un trueno
distante; algunas gotas de lluvia cayeron sobre mi frente, y rodaron por mis
mejillas. Humedecí el dedo índice y comencé a trazar sobre el cristal una
espiral. Con los ojos aún cerrados continué el trazo, hasta llegar finalmente a
su centro. Al abrir mis ojos aletargados, percibí detrás, hacia el fondo, un pequeño
cuadro multicolor. Era la polymita. Las
curvas de la espiral trazada por mi dedo coincidían exactamente con los
contornos de la concha dibujada en el cuadro. Entré a la tienda emocionado. Era
obra de un artista naïf cuya firma
resultaba ilegible. Miré el precio marcado en números rojos y rebusqué en mi
mochila y en todos mis bolsillos. Conté cada dólar, cada moneda. No era
suficiente... Luego de un breve, pero intenso regateo con el dueño del
establecimiento, logré adquirirlo con el dinero que llevaba encima,
prometiéndole regresar al día siguiente con el resto…”
Y es que hace ya algún tiempo, en esta vidriera de
maravillas virtuales que pueden ser las redes sociales, me tropecé, por así
decirlo, con la obra de un artista plástico, que sólo pude ver con la misma candidez
del niño del relato, y con la pasión de un adulto. Muchas cosas recurrieron a
mi mente ante la conjunción de colores y formas; ante una sensualidad de una
obra que no escapa incluso a lo social, a la vida urbana de mi país, la Isla más distante. En la
contemplación llegué a sentir hasta el olor del mar, el sudor de nuestra gente,
sus sueños y anhelos, la paz de la casa solariega, … y hasta la danza furiosa
de una hermosa ballerina de madera.
Así
sucedió; así creo les sucederá a muchos de ustedes al contemplar esta obra,
toda sensualidad y candidez, que hoy muestro en mi blog Crónicas Aldeanas.
Gracias
a Sergio Chávez por la generosidad que ha tenido conmigo, y
a ustedes, que de seguro disfrutarán de la contemplación, las emociones
renovadas, y los recuerdos...
Félix Anesio
Miami, 11 de Diciembre 2012.
Paisaje urbano. Oleo sobre canvas. 30x34
Ballerina. Escultura. Madera, alambre, plástico, fibra de
coco y clavos. 16x4x4
Interior. Oleo sobre canvas. 24x30
Damas de blanco. Tempera sobre cartulina. 9 x 12
Sergio Chávez Bonora
Nota:
Sergio Chávez Bonora
Sergio Chávez Bonora
Pintor y escultor cubano.
Cursó estudios en la Academia de Bellas Artes San Alejandro. Cuenta con numerosas exposiciones individuales y colectivas.
Gracias buen amigo Felix Anesio.
ResponderEliminargracias a ti por evocarme tantos recuerdos...
ResponderEliminar