Presentación de Grises
en el alma de Mirta María López en La otra esquina de las palabras.
(06/10/2016)
Podemos recorrer la noche de la ciudad venal; agotar
millas y millas y tiempo para ver –otra vez— una ciudad dilapidada, sin centro,
deconstruída y elongada, más cara a los concesionarios que a los urbanistas, quienes,
sin alternativas, engavetan sus sueños estéticos bajo la implacable tutela del lujo,
el oropel y la falsía.
Pero, esta vez, la recorremos con un destino cierto en
pos de una verdad: esa verdad incuestionable que yace en la experiencia estética
del lenguaje y que nos hace sentir justamente humanos; asunto vital que nos
rescata del naufragio ante la vorágine cotidiana que nos abruma. Y es que esta
noche acudimos todos al encuentro del verso, para reconfortarnos como beduinos en
el oasis y luego poder continuar aligerados, la marcha.
Que es más fácil encontrar una aguja en un pajar que
una esquina de la ciudad donde se cante la poesía es una lamentable verdad de Perogrullo;
que esta esquina del Café Demetrio puede
ser como esa aguja con la cual hemos de coser los jirones del alma, desprendidos
en el contínuo bregar, es algo que anima; que yo he tenido la suerte –y el
privilegio-- de haber sido llamado por una joven poeta para presentar su libro
–que es también su opera prima— no puede ser más que un fruto amable del azar concurrente, para decirlo en términos
lezamianos.
Por este mismo lugar han desfilado antes, con su
obra, poetisas de la talla de Magali Alabau, Elena Tamargo, María Elena Cruz
Valera, Reina María Rodríguez, Liliam Moro, Amelia del Castillo y otras. Todas
ellas, consagradas hoy por el reconocimiento de su obra, también tuvieron, un día,
su opera prima y sus primeros lectores, que hoy ya se cuentan por millares.
En esta ocasión se presenta en La otra esquina de las palabras la joven poeta cubana Mirta María López
con su poemario Grises en el alma,
Editorial Verbo(des)nudo, 2015. Grises en el alma es un libro inspirado
en el amor; motivado por la pasión del amor. Mirta María se confiesa en sus páginas
como una “mujer habitada por el amor”; como una mujer apasionada cuando clama: “húndete
en la carne de mi noche”— verso que no desdeñaría Carilda Oliver Labra. Nos
sorprende el alto vuelo lírico de su poiesis
que, a ratos, nos entrega versos memorables como estos:
El tiempo y sus violines de llanto
Sus desangrados balcones
Amanecer de lutos y rincones
Golpes de puerta, terribles callejones
El tiempo y sus tantas invasiones.
Grises en el alma, es pues, un libro estremecedor en que la autora se desnuda y nos entrega sus más fuertes emociones a través de imágenes claras y versos sencillos que eluden la palabra rebuscada, versos liberados del oropel y la falsía; un libro que valida, de algún modo, la sentencia del Duque de Rivas (1791-1865) que se me hace acorde y propicia a su discurso: Poesía es pensar en alto, sentir hondo, y hablar claro; y que Mirta María nos esboza con esta bella imagen: La poesía es ese mar que despierta olas distintas.
No me resta más que decirles: ¡pasen las páginas, sientan el amor, disfruten!
Félix Anesio
Miami, 10 de Junio de 2016