Palabras en busca de un verso
Estas palabras salen a recorrer el mundo;
en órbitas misteriosas van.
Te encuentran charlando tras borrosas vidrieras.
Afuera un viento frío; adentro, no se sabe.
Siguen siendo extranjeras
después de descubrirte,
en el orden que impone tu distancia,
tímidas, apocadas,
por los mustios éxodos del norte.
Su misión parece historia inenarrable,
escrita en intuiciones,
murmurando una queja anticanónica, en
rebelde agresión contra principios:
habrá que aceptarla así, evadiendo las lecciones
que estorben el flujo de esta madrugada.
Qué importa.
Las palabras de tanto orbitar
van perdiendo el aliento,
obsesionadas irónicamente
por ventanas herméticas.
Su ruta enteramente indescifrable y sin remedio,
abraza el desasosiego como la última tabla;
sigue buscando, dando vueltas al mundo
en el orden extraño de luces allá adentro
y luces muy lejanas, luces muy ajenas,
y un espacio entre ellas donde pasan los versos.
Sobre el retorno de la esperanza en la
quieta complicidad del amigo sincero
Quería escribir una historia
para todos mis amigos que no tienen lenguaje
los sordos-mudos-ciegos voluntariamente alejados del
bullicio
los que sienten la espiral creciéndole en el pecho con cada
emoción
aquellos que entienden la aguja en la espalda y el cetro
falso de espinas
Y empecé a dibujar en el aire de las cavilaciones
sin decir palabra alguna gesticulando genuinamente
inceremonioso
tocando las memorias con los dedos
rozando las dudas tentativamente insinuando empatías
acariciando con tembloroso amor sus silencios prudentes
enternecido al descubrir significados comunes en distintas
palabras omitidas:
Mis amigos entendían sin decirme
mis amigos hablaban sin hablarme
mis amigos alejados del bullicio,
los sordos-mudos-ciegos voluntariamente excluidos del
jolgorio
los que entienden la agonía en el pecho y el perfume de la traición
¡Ellos!
me abrazaban tiernamente
me invitaban a expulsar del silencio las distancias
me besaban las pupilas y me guiaban gentilmente
completaban el olvido de la herida
mandaban la venganza largamente anhelada a un luminoso
exilio.
Francisco Larios, Nicaragüense; reside actualmente en Estados Unidos. Ha publicado un poemario, “Cada Sol Repetido”, anamá Ediciones, Managua, Nicaragua, Noviembre del 2010 (disponible en amazon.com). Tiene varios libros inéditos. “Cada Sol Repetido” fue presentado en Managua por el escritor e historiador Jorge Eduardo Arellano, Director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, quien lo ha calificado como “un poemario celebratorio e introspectivo; abierto a la esperanza y fulgurante, pero sin eludir las sombras ni la muerte. Un poemario meditado y equilibrado…” Entrenado como economista, es consultor de economía internacional y catedrático, actualmente Profesor Adjunto en Nova Southeastern University en Davie, Florida.
Gracias al poeta Francisco Larios por su amable colaboracion con este blog. Felix Anesio.
la intimidad poetica de una conversacion en la tertulia de Delios'en Miami, motivo este post. gracias a Larios por su excelente poesia!
ResponderEliminarFrancisco Larios, un afable poeta contemporáneo por quien siento una gran admiración, que vas más allá de la poesía.
ResponderEliminarGracias, Félix o Hermes o Mercurio, por difundir los textos de Fran!
Un abrazo,
Tinito
La poesía de Francisco Larios está cargada de una sensibilidad que desborda la imaginación
ResponderEliminarMe alegro mucho que un poeta de tanta fuerza que tiene mucho que decir, pueda honrarnos con sus palabras, mil gracias, a este blog, un abrazo,
ResponderEliminarJC Recio