American Burka
... "todo lo que necesitas saber sobre el cuadro está ahí, en la superficie".
Les confieso que ya desde el año 1957, a los 7 años de edad, cuando la Iglesia Católica dictaba que ya uno tenía“uso de razón” (entelequia debatible hasta el santo día de hoy, en que aún creo no haber llegado a alcanzar ese “status” demasiado grave) noté que mi madre era devota de la sopa de tomate Campbell’s; sencillamente, ella adoraba esa sopa. Y no es que no hubiera suficiente tomate en el mercado para hacerla en casa, con esa sazón típicamente cubana de la cuál hacia gala en todos sus platos y que mi anorexia no me permitía disfrutar a plenitud. Recuerdo vívidamente los peculiares sonidos sibilantes que emitía sorbiendo las últimas cucharadas del plato. Era todo un ritual misterioso el de “mi vieja” con la dichosa sopa que nunca me gustó. Así, sintiéndome atraído ante su extraña devoción, iba hacia la cocina, tomaba la lata en mi mano antes de echarla a la basura y contemplaba la etiqueta blanca y colorada... El diseño del letrero quedó grabado para siempre en mi mente, tanto así, que alguna vez me di a la tarea de dibujar (al parecer, luego perdí “la gracia”) letras y nombres (y hasta arabescos decorativos) en el mismo estilo; y las costureras del barrio solicitaban mi ayuda para bordar monogramas sobre camisas, vestidos y pañuelos, ya en épocas de escasez.
Nunca sospeché que un producto de consumo pudiera trascender al arte, hasta que un buen día, el gran Andy Warhol creó su archifamoso poster (1968) con la dichosa sopa que una vez me inspiró a dibujar algunos trazos. Comprendí entonces, que el arte es tan vasto como impredescible y actúa, así como el Espíritu (por su naturaleza divina y humana), en misteriosas maneras.
Corrían los tiempos del Arte Pop, de la modernidad tardía y la incipiente posmodernidad artística, continuidad y rechazo de la primera. Para las élites que dictaban la crítica de arte, el entusiasmo que Warhol sentía por la cultura del consumismo resultaba embarazoso y por supuesto, inadmisible --Cosas veredes, Mío Cid, pudieramos decir parafraseando la literatura…
Hoy les presento por primera vez en mi blog a un artista visual que entre otros tantos motivos utiliza también la publicidad comercial como fuente de inspiración, apoyándose en el uso de objetos de todo tipo, desde alimentos, autos, envases y etiquetas de productos de consumo, imágenes pornográficas y otras, sobrepuestas en fondos abstractos de naturaleza expresionista, en múltiples capas visuales y semánticas. Es parte consustancial de su obra la crítica social (y política) cuyo mensaje emerge con nuevos matices y que no se hace difícil de interpretar por el público sensible e inteligente; y todo público lo es, a no dudarlo.
Rafael López-Ramos nos ha impresionado de una manera indeleble con su obra hermosa y vasta, que siempre nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos y ante la cual se animan las aventuras, travesuras y conflictos del “id”, el “ego” y el “superego” (S. Freud) del observador, como ocurre en mi caso. El disfrute estético está más que garantizado; el vuelo de la imaginación puede llevarlo hasta donde usted quiera, o pueda; lo que si no le va a ocurrir frente a sus obra es experimentar la dura sombra del abstencionismo, el silencio, el aburrimiento, o la tibieza. Citando a Warhol recalco una de sus citas: “todo lo que necesitas saber sobre el cuadro está ahí, en la superficie”; una superficie que en este caso (el de López-Ramos) hay que arañar y rasgar—metafóricamente— para descubrir las múltiples capas que conforman las obras de este artista.
Uno queda prendido de sus cuadros, de la misma forma en que aquella lejana vez quedé marcado para siempre con aquella lata de sopa Campbell’s que mi madre degustaba sorbo a sorbo con tanto placer; y creánme, aún admito no poseer el sacrosanto “uso de razón”, sino para las cuestiones del arte.
Es un honor para mi presentar algunas piezas de Rafael para que las disfruten como yo lo he hecho.
Félix Anesio
Miami, Junio 2012.
White on White (Female) on White (Lined Paper) 2011
Golden Trap 2011
White Christmas 2011
Breve nota
curricular:
Rafael López-Ramos
es un artista visual, crítico y curador nacido en Cuba, 1962. Graduado de la
Academia de San Alejandro, La Habana. Su primera expo personal “Muestra
Ecléctica” 1980 Galería 10 de Octubre, La Habana. Exposiciones más
recientes: “No es la Economía, sino la Epistemología (It's not the Economy
but the Epistemology) Collage Gallery, Coral Gables, FL; Base Paint -The
Auction, IDEOBOX Artspace, Miami, FL; CAFE XII, Sangre de Cristo Arts Center,
Pueblo, CO, 2011; Mirroring Nature at Nina Torres Fine Art, Miami, FL, 2010.
Su trabajo ha
sido recogido en el libro “Cuban Artists Across the Diaspora: Setting the Tent
Against the House” by Andrea O'Reilly Herrera, University of Texas Press, 2011; también ha participado en exposiciones como DUODECAD, Edge Zones Art
Center, Miami, FL., 2010, Contemporary Cuban Art in New York (CANY), Dactyl
Foundation, NY, 2009; Miami: Ciudad Metáfora, Centro Cultural Español, Miami,
FL., 2008, and Killing Time, Exit Art, N.Y., 2007.
Entre 1997-2006 López Ramos
residió en Canadá; actualmente reside en Miami.
