Un poema “cool”…
Llevo 15 años residiendo en los Estados Unidos,
trabajando con jóvenes norteamericanos en una tienda de ropas finas, dándoles “tutoring”
de sicología, sociología y filosofía a hijos y amigos, y conviviendo estrechamente
con mis nietos... Así, esa gran escuela que es la vida cotidiana me ha
enseñado con mis trabajitos, un sinnúmero de novedosos
términos; y he aprendido —al fin— el otro
significado de una palabra muy particular. Y es la palabra “cool”, que no quiere
decir frío, ni fresco, ni nada relacionado con la temperatura ambiente.
Este término, que escucho como interjección en abundantes
dosis diarias de entusiasmo juvenil, se ha apoderado del universo sonoro que me rodea.
Es palabra coloquial indispensable para manifestar agrado de la forma más
desenfadada y natural de los jóvenes en Norteamerica. Su equivalencia en la
jerga coloquial hispana sería, a saber, algo así como: genial, padre,
chévere, guay, mola, etcétera.
Pero nunca imaginé que al abrir una excelente
revista literaria (Conexos, Otoño 2105), hojearla ad
libitum con esa mala costumbre de comenzar por la parte de atrás, casi al
final, me tropiezo en la página 432 con un poema que no he sabido como
adjetivar sino con la palabra “cool”.
Sí; ese mismo término con que los chicos norteamericanos
en Miami --tierra del espanglish-- aprecian casi cualquier cosa, o bien un vestido, un auto, una mascota,
un gesto o una persona. En esta ocasión se me antojaba que era la palabra
justa (Le mot just—pido disculpas a Flaubert),
la más elocuente y desenfadada que salía, esta vez, de mi espontaneidad y de mi
asombro ante el poema.
El texto en cuestión era titulado Supervivencia (Para escribir), de la
poeta ecuatoriana Ana Cecilia Blum y a continuación lo transcribo:
Superviviencia
(Para escribir)
Cualquier trabajito que apenas espante el hambre
y nos deje para comprar libros, música, ajenjo
y el tiempo para salir a vagar con la metáfora
y la libertad para contemplar el ancho camino de la hipérbole.
Cualquier trabajito que compre y fermente
el ser en las noches bohemias,
conducta necesaria que exige el poema
para madurarse.
Espero que ustedes al leerlo lo hayan disfrutado tanto
como yo, y que lo relean y le den un me gusta (like),
porque, la verdad: está muy cool!
Félix Anesio
Miami, 25 de abril 2016.