Bienvenidos al blog Crónicas Aldeanas, creado por Félix Anesio, para la difusión de mi obra literaria y la de todos aquellos que deseen colaborar. Asimismo, servirá para la promoción de otras manifestaciones artísticas y culturales.
Tale of Two Villages, created by Felix Anesio, for the promotion of my literary works, as well as any other participants who wish to collaborate. Also, this blog will promote other artistic and cultural manifestations.
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miércoles, 16 de febrero de 2011
Como si fueran árboles que caminan...
Una reflexion de Rogelio Obaya Sofia, escritor y poeta cubano. Reside en Rep. Dominicana.
Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara.El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: "¿Ves algo?".El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: "Veo hombres, como si fueran árboles que caminan".Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad.Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Ni siquiera entres en el pueblo".
Evangelio según San Marcos 8,22-26.
Excavaciones recientes han demostrado la existencia de la antigua ciudad de Betsaida, en Et-Tel, al Norte del lago. No así la de este hombre, de este ciego que ejemplifica algo que no se nos ocurre pensar sino de otra manera. Decimos "milagro", y por un determinado mecanismo de la conciencia imaginamos un acontecimiento cuya aparición tiene lugar de manera repentina y espectacular, y de hecho la Biblia está llena de eventos con esta característica. Pero el caso de la lectura de hoy es especial. El ciego de Betsaida vuelve a ver, pero lo hace gradualmente, en dos momentos o fases. En la primera de ellas, antes de distinguir todas las cosas "con claridad", lo primero que distingue son hombres, hombres comunes y corrientes, pero los ve de una forma que a mí se me antoja, con independencia de la traducción que usemos, como una de las más bellas metáforas usadas jamás para referirse al bípedo implume que somos: "Como árboles que caminan"... Un provocador símil que nos trae una gran enseñanza y de paso nos recuerda la enorme riqueza poética de los textos sagrados.
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una sabia reflexion que comparto...
ResponderEliminarGracias. Algunas lecturas diferentes pueden provocar resultados diferentes. Lo que acaso no sea también un milagro en etapas.
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