Bienvenidos al blog Crónicas Aldeanas, creado por Félix Anesio, para la difusión de mi obra literaria y la de todos aquellos que deseen colaborar. Asimismo, servirá para la promoción de otras manifestaciones artísticas y culturales.

Tale of Two Villages, created by Felix Anesio, for the promotion of my literary works, as well as any other participants who wish to collaborate. Also, this blog will promote other artistic and cultural manifestations.

miércoles, 30 de enero de 2013

la lírica de jeniffer moore...

 
 
 
Miente la oscuridad 
 
Miente la oscuridad
calla la tarde
enmudece de golpe la campana.
Hay un sonar de estíos y de siembras
crepitando a lo lejos.
¿Será que vuelve tu nombre
preso en el aire?
¿Vendrás en flor que no se rinde
o ventisca, acariciando el rostro
en la garganta de los montes?
 
Miente la oscuridad
pero tu boca es cierta. 
 
 
VIII
 
Soy como un cántaro
En la fuente más alta de tu pecho,
que no esperaba este amor
y se desborda. 
 
 
Póstumos
 
Hay amores que eligen
sólo breves fulgores.
 
Amores de crepúsculo
que se diluyen, callados
a la hora en que el suspiro
se hace mármol bajo el cielo.
 
 
 
 
 
 
Jeniffer Moore
Argentina, 1958
Reside en Miami.
 
 
 
 

viernes, 25 de enero de 2013

destello, un poema en mi blog...


 
 

 

 
 
 
Destello


He vuelto a ver los ojos de mi padre.


He visto una gaviota suspendida en el aire;

etérea, ingrávida, como un sortilegio alado

sobre el mar, donde jugamos mi niño y yo,

como nobles hijos de la espuma y el salitre.


He vuelto a ver los ojos de mi padre.


La gaviota gira en círculos concéntricos,

en derredor nuestro, como si fuéramos el sol;

como si fuéramos la vida; como si fuéramos la felicidad

                     (si es que un hombre puede ser feliz, acaso).


Mi padre me ha visto con sus ojos de tiempo,

en ese efímero instante dorado de la playa;

instante de salitre y espuma, ola tras ola, inmaculado.


La gaviota me mira fijamente, y piensa

                     (si es que acaso las gaviotas piensan):

El hombre es feliz en la leve eternidad del instante.


He visto un destello de emoción en su pupila gualda.

Antes que se marche hacia otra playa, le pregunto:

¿por qué me miras, gaviota, con los ojos tristes de mi padre?

 
Félix Anesio
Miami. 2013
 

miércoles, 23 de enero de 2013

el escritor, un poema de ariel b. acosta...

 
 
            un poema de ariel b. acosta
 
 
 
 
 
 
Ariel B. Acosta
Sancti Spíritus, Cuba.

martes, 22 de enero de 2013

... cuartetas de otoño, un poema de carlos pintado.


 
foto de delio regueral
 
 
 
 
Cuartetas de Otoño



Me han concedido el fuego y el pecado.

Sólo el fuego; el amor jamás ha sido

En mí sino una sombra. Yo he soñado,

—en las eternas noches del olvido—,

Que alguien me ama y me sueña. No he podido

Corresponder. Soy triste como el hado

Que invierte los destinos del amado.

Soy el amado; no quien ama. He sido

El traidor y el amigo. He complacido

A oscuros dioses el manjar sagrado.

Alguien en la penumbra me ha buscado.

Alguien en la penumbra me ha vencido.
 



Carlos Pintado
Pinar del Río 1974
Poeta cubano residente en Miami.

domingo, 20 de enero de 2013

el mejor poema de la noche, un relato...


    
                                 
foto de la web
 


El mejor poema de la noche


La incesante llovizna preconizaba algo más a la noche de la ciudad opulenta. Poco a poco, y con esa perseverancia que caracteriza el oficio de los Maestros, iban allegándose de uno en uno, de dos en dos—no más—, con la esperanza de que al fin cesara la lluvia impertinente y poder consumar el Acto Poético largamente anunciado y que de algún modo redimiría, una vez más, su Arte. Entraban confiados al patio del famoso café por la habitual puerta trasera, como ladrones en la noche; se saludaban, ocupaban las mesas bajo las amplias sombrillas de lona de acuerdo a sus simpatías (siempre quedó alguno solitario); brindaban con el mejor vino de importación, en alta voz, bajo la fronda.

El micrófono comenzaba con esa estridencia inevitable de aullido de animal salvaje; pero ese inconveniente fue controlado de inmediato por las manos expertas del Editor, hombre inmutable, cuyo provervial pragmatismo sólo iba enfocado hacia la Fama, y las ganancias del Libro que mañana mismo ya sería un bestseller y todo un clásico de la literatura, por supuesto.

En las palabras de apertura mencionaba—más bien paladeaba— decorativos nombres de ilustres antecesores del Oficio: Woolf, Borges, Paz, Joyce, Jimenez, Balzac (aunque en estas tierras no se admira mucho a los franceses—no es de buen gusto—, según me han dicho), cómo si esas resonancias pudieran y debieran realzar el destino de la Obra que entregaba confiado al gran público (el Mercado) y a las manos del Tiempo.

Los Maestros comenzaron con notable disfonía y carraspera a declamar sus poemas, que eran objeto de atenciones parciales por el resto de los presentes, entre sorbo y sorbo, mordida y mordida, cachada y cachada (nunca faltaron los habanos de contrabando), tos y tos, bostezo y bostezo…y aplausos complacientes y desganados, de algún modo. La noche liberada ya, definitivamente, de la indeseable llovizna, transcurría según lo previsto para beneplácito de los patrocinadores del evento, de la prensa local y condal, los libreros y otros ilustres invitados.

Más de pronto ocurrió algo que los dejó a todos sin palabras—y es muy patético ver a los Maestros privados de la Palabra, su único argumento—, estupefactos ante un hecho que bien podía estropear la trascendencia del acto: una voz quebrantó la noche de la ciudad opulenta; una voz quejumbrosa pero bien articulada, una voz tierna de mujer; una voz pidiendo ayuda para aplacar el hambre y otros demonios, y cuyas palabras transcribo fielmente de la memoria:

—Señores, ustedes disculpen. No acostumbro a molestar, pero tengo una gran necesidad y quizás puedan ayudarme. Me he quedado sin empleo.

Y continuó:

—Saben… Limpiaba una casa aquí cerca… Ya no me necesitan; he sido despedida. Les ruego que me ayuden. No quiero interrumpir a la poesía, pero necesito ayuda urgente: hoy no he comido nada aún. ¡Por favor, señores finos, ayudenme!

Hubo un silencio profundo, estupefacción, consternación por uno, dos, tres, cuatro segundos del tiempo y sus acciones, que ahora parecían congelarse… Nadie sabe cuantos segundos transcurrieron: sólo Dios pudo haberlos contado en su omnisciencia.

El Editor finalmente reaccionó y tomando a la mujer del brazo le susurró algo inaudible al oído, quizás una discreta evasiva como para que se retirara; más ella insistió, zafándose de su mano como se escurre un pez y regresa al agua en busca de la vida… Aún más apenada, pedía disculpas nuevamente.

Transcurrieron otros instantes de estupor que se parecieron a la muerte, a la nada.

La limosna fluyó a duras penas, trastabillando. Los dólares fueron a dar a su mejor destino: las manos de aquella mujer cuyo rostro humilde, resignado y agradecido, parecía sacado de un hermoso cuadro ocre-blanquecino de Fidelio Ponce. A paso lento y suave, con lágrimas de emoción, la intrusa se fue encaminando lentamente hacia la puerta trasera por donde mismo había entrado, esta vez, con algunos dólares en su puño cerrado… El Editor cerró la puerta.

Alguien dijo (no se supo quién):

—Este ha sido, sin dudas, el mejor poema de la noche.

El patio estalló en aplausos que se escucharon hasta en el ayuntamiento de la ciudad; más, a la mañana siguiente, los periódicos no hicieron mención alguna de este incidente. El libro de poemas se luce en las elegantes vitrinas de las librerías de la ciudad opulenta desde hace varios meses…


Félix Anesio
Coral Gables, Enero 2013.


miércoles, 16 de enero de 2013

... un milagro tras otro es muy difícil, Aarón García Peña.

 
 
 
 
 
 
"un milagro tras otro es muy difícil..."
Aarón García Peña, poeta español
 
 
 
 
video youtube

martes, 15 de enero de 2013

presentacion del poemario Polvo Eres de Luis Cremades...

 
 
Un video de Funcion Lenguaje con la presencia del poeta de Jijona, Luis Cremades presentando su poemario Polvo Eres. Espero que os guste.

jueves, 10 de enero de 2013

Café La Marquesina, un poema de Sergio García Zamora...




 

Detalle de un cuadro de Alex Lago
 
 

Café La Marquesina


                    Asistiré al desastre de mi patria
                                       ANACREONTE
 


Asistir al desastre de la patria
cuando uno es la patria:

muchacho que se contempla

en el cristal de los comercios

y se arregla la camisa, el pelo un poco;

joven animal turbado

en los espejos de algún bar, de algún hotel.
 

En los bajos del teatro La Caridad,

los locos, los pordioseros piden caridad

a turistas sentados en La Marquesina:

gente que bebe sus mojitos

y mira pasar espléndidos cuerpos.
 

Con extranjero te habrá confundido

la vieja que pedía en inglés

para el almuerzo, para el nieto siempre.
 

Hasta ayer vivías como Anacreonte,

el anciano cantor del vino,

griego que pensamos

solo conocía los placeres.



Sergio García Zamora
Esperanza, Villa Clara 1986.

(de su poemario“El Valle de Acor” 2012)
 

domingo, 6 de enero de 2013

Evocaciones, un poema de Jeniffer Moore...



 
 
Evocaciones



El aroma del romero tiembla

entre los dedos, busca

reminiscencias de plaza y galerías.

San Telmo, callecitas empedradas

y los jardines de la Recoleta envueltos

en miradas prohibidas.

El aroma del romero quiebra

algún recuerdo que no deja irse

ni volver, enredado en las viejas farolas.

Cuando florece en mí, sueño despierta

las formas indecisas de la tarde.

Lo acaricio y disperso sobre las cosas que amo

en lo que se marchó y en lo que aún palpita.

Lo guardo en el plumaje castaño de una duda,

en los ojos oráculos del ciego,

y en los amaneceres rojos como el vino.



Jeniffer Moore
Córdoba, Argentina.
Reside en Miami.

viernes, 4 de enero de 2013

Otoño en Tennessee, un poema en mi blog...


 
 

 
 
Otoño en Tennessee

                                       Two roads diverge
                                                 in a yellow wood”
                                                                  R. Frost


Imágenes de Oro y Fuego

                                          En mi memoria.

Y el vibrante recuerdo del aroma del viento.

De un caminito sinuoso en la montaña.

Del sabor a vida de la leche más pura

De este afán de ser indio para siempre.

De contemplarlo todo
                                       como un niño.

Y el canto del arroyuelo bajando
                                             apresurado
entre las piedras
                             hacia este día de hoy

                               dónde sólo anidan

                                  las ausencias.
 

Yace en mi mano la hoja de arce
                                            Oro y Fuego
antiguo atesorado en las páginas
de un álbum que evoca
                                       estas memorias.

Sin advertir que para mí,
                                    ya no habrán,
                                    otros otoños.



Félix Anesio
Miami, 2013